Los alimentos que consumimos tienen un rol fundamental para llevar una vida saludable, pero también juegan un rol clave en el desarrollo y protección de la salud bucal. 

Una buena nutrición interviene de manera positiva en el desarrollo craneofacial y de la mucosa oral, siendo un elemento decisivo para evitar la aparición de enfermedades dentales y periodontales.

Por ejemplo, dentro de nuestra salud bucal, los dientes cumplen una función primordial, ya que nos permiten la fragmentación de los alimentos para poder ingerirlos de forma correcta. Por lo tanto, una buena nutrición dental permitirá que los dientes desagarren y muelan los alimentos de forma coordinada, facilitando el paso de estos hacia el tubo digestivo.

Para poder tener una buena nutrición dental, es necesario conocer algunos de los  nutrientes esenciales en nuestra dieta:

Calcio: Necesario para tener dientes fuertes y resistentes frente a las caries.

Fósforo: Constituye la estructura de los huesos y de los dientes.

Proteínas: En un estado de desnutrición, su déficit se relaciona directamente con la aparición de caries.

Riboflavina: Su déficit produce inflamación en la lengua y puede agrietar los labios.

Vitamina A: Su déficit reseca las mucosas y aumenta la predisposición a tener caries e infecciones.

Vitamina C: Mantiene fuerte el tejido en las encías.

Vitamina K: Evita el sangrado en las encías.

¿Dónde podemos encontrar estos nutrientes?

Tal como es de esperar, las frutas y verduras son beneficiosas para nuestra salud bucal. Estos deben abarcar cerca de la mitad de nuestros platos durante las comidas.

En cuanto a los cereales, al menos la mitad de los que comemos deberían ser integrales, tales. como la avena, pan de trigo y el arroz integral. 

Productos lácteos: seleccionar productos lácteos desnatados o sin grasa con más frecuencia.

Por último, incluir también huevos, habas, guisantes y legumbres. Además, de ser posible, consumir al menos unos 250 g de marisco a la semana.