Cepillarse los dientes es una actividad que realizamos a diario desde muy pequeños. De esta manera mantenemos nuestra boca limpia y saludable, mejorando nuestro aliento y el sentido del gusto. Sin embargo, puede que estemos cometiendo algunos errores al momento de hacerlo.

Uno de los principales errores que cometemos es cepillarnos con excesiva fuerza, lo cuall puede generar desgaste en nuestras encías y en el esmalte dental.

A contrario de lo que podríamos pensar, forzando el cepillado no limpiamos más o mejor, sino que todo lo contrario:  abrasamos el esmalte y nuestra dentadura pierde su brillo natural.

Cepillarse los dientes con exceso de fuerza puede crear un desgaste en las encías y en el esmalte dental. Si forzamos demasiado, no limpiamos más, si no que abrasamos el esmalte y el diente pierde su brillo natural.

Reiterar esta negativa práctica puede conllevar a serie de problemas mayores, ya que además de aumentar la sensibilidad dental, debido a la pérdida de la protección natural de la encía, esta acumulación de placa bacteriana generada por el daño que ejerce el cepillado fuerte causar la aparición de patologías periodontales (gingivitis y periodontitis, entre otras).

Otros errores comunes al cepillarse son: 

Exceso de pasta dental:  Mucha cantidad de la misma no es sinónimo de mayor limpieza. Lo recomendable para un adulto, por ejemplo, es usar un guisante de pasta dental.

Solo enjuagarse los dientes: El enjuague bucal complementa el cuidado de los dientes, pero, en ningún caso, puede ser sustitutivo del cepillado dental.